Artículo publicado por
Laura Villadiego
y
Nazaret Castro
en eldiario.es
Cada mes de noviembre, cuando
las lluvias del monzón comienzan a arreciar, Bua Lai vuelve a afilar su
machete y se prepara para pasar los cinco meses siguientes dando golpes a
los gruesos tallos de la caña de azúcar. Como ella, aproximadamente un
millón de jornaleros barrerán los campos de Tailandia, el segundo
exportador mundial de azúcar, para recoger el dulce jugo que acabará en
las mesas de medio mundo.
La caña se ha
convertido durante los últimos años en la principal fuente de azúcar en
el mundo y cerca de un 90 por ciento de la producción mundial procede de
esta hierba de grandes dimensiones. La mayoría se planta en países en
desarrollo como la India, Brasil o la propia Tailandia, donde las leyes
laborales y medioambientales son más laxas. Muchos la conocen como la
hierba de la miseria, porque ahí donde se cultiva, las comunidades
entran en un círculo de pobreza generado por las pésimas condiciones
laborales y los fuertes impactos medioambientales que lleva consigo esta
planta.
Si consumes azúcar, que sea de Comercio Justo.
Bua Lai en los campos de caña de azúcar en Kalasin (Tailandia) / Fotografía: Laura Villadiego |
No hay comentarios:
Publicar un comentario