España es, en términos absolutos, el país que más
recortó los fondos de cooperación el año pasado y su bajada de 1.685
millones de dólares representó casi el 50% del recorte total.
Cientos de miles de personas viviendo en la pobreza se quedarán sin las medicinas necesarias para vivir y muchos más niños dejarán de ir a la escuela debido al primer recorte de la ayuda del conjunto de países donantes desde 1997, advierte Oxfam, Intermón Oxfam en España.
La organización responde así a los datos hechos públicos por la OCDE que muestran que la ayuda al desarrollo de los países ricos fue de 133.000 millones de dólares en 2011, lo que supone un descenso real de 3.400 millones. En términos relativos, la ayuda descendió del 0,32% de la Renta Nacional Bruta (RNB) del conjunto de donantes, al 0,31%, lo que los aleja de los compromisos de destinar el 0,7% de su riqueza para el desarrollo.
España fue, en porcentaje, el segundo país que más recortó la ayuda al desarrollo en 2011, situándola en un 0,29% de su RNB (0,43% en 2010), seguidos de Austria y Bélgica. Pero en términos absolutos fue el que más la recortó, con una bajada de 1.685 millones de dólares, que suponen casi el 50% el recorte total de los donantes. Y el panorama es incluso más sombrío en el caso de España y Canadá de lo que muestran las cifras de la OCDE, puesto que los dos países han anunciado mayores recortes en cooperación.
“La ayuda al desarrollo de nuestro país no sólo se recortó en 2011, sino parece haber entrado en una debacle”, afirma Emilia Sánchez-Pantoja, responsable de relaciones con Las Cortes en Intermón Oxfam. “La ayuda al desarrollo forma parte de las políticas sociales y éstas deberían ser mantenidas e incrementadas en épocas de crisis, puesto que suponen una red de protección para las personas que más están sufriendo sus consecuencias. Reducirla no es la forma de equilibrar los presupuestos. Incluso pequeños recortes en ayuda cuestan vidas puesto que privan a las personas más pobres de las medicinas necesarias para vivir o agua potable que beber. La ayuda es una porción mínima de los presupuestos de un país y su recorte no tiene un impacto destacable sobre le déficit. Es como si nos cortáramos el pelo cando queremos perder peso”, afirma Jaime Atienza, director del departamento de campañas y estudios de Intermón Oxfam.
A nivel internacional, los 133.000 millones de dólares destinados a la ayuda al desarrollo se empequeñecen cuando se los compara con el billón de dólares que anualmente se destinan a gastos militares o los 400.000 millones que se gastan anualmente en el mundo en cosméticos o el incremento de presupuesto para los rescates al sector financiero.
Países como Noruega, Dinamarca o Luxemburgo continúan su esfuerzo para dar más del 0,7% de su RNB para el desarrollo, el Reino Unido reafirma su compromiso de alcanzarlo en 2013 y Alemania, Austria y Suecia han incrementado sus presupuestos en ayuda.
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