La semana pasada, tomamos parte
en el encuentro organizado con Economistas Sin Fronteras. La fiscalidad es el
medio esencial para financiar los gastos públicos y ayuda a corregir la
desigualdad del mundo que es cada vez más grande. Para ello, demandamos que el sistema fiscal facilite el crecimiento
estable y sostenido de la economía.
SANTIAGO DÍAZ DE SARRALDE
(UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS)
Santiago en su ponencia “Equidad y Eficiencia del Sistema Fiscal: ¿Cómo
integrar el gravamen de la renta y la riqueza?” explicó que los impuestos
son el precio de cómo queremos vivir en común y son el presupuesto con el que
contamos para hacer frente a los gastos públicos.
En el contexto español estos
impuestos son bajos respecto a otros
países de la UE (80% media de la UE); inestables
e injustos ya que recaen sobre los salarios (82% del IRPF) y son tasas muy
elevadas para los que los pagan y son muchos los cometen fraude o tienen
“beneficios fiscales” (sólo Suecia, Dinamarca y Portugal tienen un máximo en
IRPF mayor); e ineficientes, las
Pymes pagan más que las Grandes Empresas. En
conclusión, en la actividad económica, ahorro e inversión están distorsionados.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?:
- El PIB ha estado
determinado durante más de 15 años por la burbuja inmobiliaria – financiera.
- Los impuestos que gravaban las
transacciones inmobiliarias crecían, elevaban los gastos sin preocuparse de que
fueran sostenibles.
- El diseño global económico es
injusto e ineficiente.
- Este diseño favorece la oportunidad de fraude y
competencia – perjudicial (carencias de control, complejidad, falta de ética,
de inspectores de Hacienda).
- La competencia territorial,
que hace que los diferentes territorios no compartan información.
- Las rentas del capital se
infravaloran y se reduce su gravamen por motivos de “eficiencia” para que no se
fuguen los capitales al extranjero. Se favorecen medidas que no fomentan el
ahorro de las personas, si no el ahorro de las rentas de capitales y
sociedades.
¿Cómo se podría solucionar?:
Todos deberíamos pagar como
asalariados. Debería crearse un Impuesto
Global sobre la renta, con una única base imponible para que todo el mundo
contribuya por igual y se mantenga la neutralidad. Con este Impuesto Global se
podría corregir la inflación, la doble imposición y configurar el IRPF como el verdadero impuesto
global sobre la capacidad de pago.
Este Impuesto Global es
políticamente posible. Bastaría con que los partidos políticos cumplieran sus
propuestas de política fiscal presentadas en sus programas electorales de las
últimas elecciones.
SOFÍA MARROQUIN (OXFAM INTERMÓN)
Sofía nos habló de “Desigualdad y política fiscal”. España
el segundo país más desigual de Europa y estamos avanzando a dos velocidades: los
pobres son más pobres y los ricos, más ricos.
Esto se debe a una política fiscal no justa, que
propicia los paraísos fiscales. La excepción se convierte en
norma y la mitad del comercio mundial pasa por un paraíso fiscal. 34 de las 35
empresas del IBEX35 tienen filiales en paraísos fiscales.
Las empresas desarrollan una
planificación fiscal agresiva para pagar los menos impuestos posibles
mediante la compra y venta de bienes y
servicios entre sus propias filiales o empresas del mismo grupo. Las multinacionales
ya no conocen fronteras, mientras que las administraciones tributarias tienen
un mandato local.
Con todo esto, los que ganan son las Grandes Empresas y
los paraísos fiscales. Y perdemos todos porque se rompe el contrato social:
pierden los estados, los ciudadanos y las Pymes.
¿Por qué es necesaria una ley contra la evasión y
elusión fiscal?:
- Para que las Grandes Empresas
paguen lo justo.
- Para promover la
transparencia.
- Es necesario adoptar una
definición común de paraíso fiscal.
- En el Congreso, hay que crear
una subcomisión de lucha contra el fraude fiscal.
- Hay que dotar de recursos a la Agencia Tributaria para que pueda realizar
eficientemente su trabajo.
- Crear territorios libres de paraísos
fiscales.
- Es necesaria una autoridad
fiscal a nivel internacional.
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